“Apoyo” with Jackie Castillo, LCSW.
Pedir ayuda cuando tienes cáncer puede ser difícil.
Te sientes culpable por imponer.
Temes que la gente no te ayude.
Sientes que le debes a alguien.
Pedir ayuda y apoyo no es una señal de debilidad sino más bien un testimonio de tu fuerza y coraje.
Se necesita valor para reconocer cuándo se necesita apoyo y aún más fuerza para acercarse y pedirlo.
Ponte cómodo (o comoda), buscando una posición que permita relajarte por completo.
Cierra los ojos suavemente y respira profundamente por la nariz, dejando que tus pulmones se llenen de calma.
Exhale lentamente por la boca, liberando cualquier tensión que pueda tener.
Con cada respiración, imagina que estás rodeado por una luz cálida y nutritiva.
Siente su reconfortante abrazo envolviéndote, ofreciéndote consuelo y apoyo en este momento.
Mientras continúas respirando profundamente, lleva tu conciencia al centro de tu corazón.
Visualiza un hilo dorado que se extiende desde tu corazón y te conecta con todo el amor y el apoyo que te rodea: de tus amigos, tu familia y los profesionales atentos que están aquí para ayudarte en este viaje.
No permitas que el miedo le impida pedir ayuda y apoyo.
Todos tenemos preguntas que nos vienen a la cabeza y qué pasaría si. El miedo durante un momento de necesidad es real.
¿Estas reprimiendo pedir ayuda o apoyo?
Exploremos estas preguntas juntos mientras seguimos respirando:
¿Cuál es tu razón para no pedir ayuda?
¿Alguien te ha ofrecido ayuda? Si es así, ¿quién?
¿Reflexiona sobre con qué tareas necesitas ayuda?
¿De qué maneras te sentirías cómodo (o cómoda) pidiendo ayuda?
Ahora reflexiona sobre la fuerza que posees en tu interior.
A pesar de los desafíos que puedas enfrentar, eres resistente.
Tienes el poder de superar obstáculos y emerger más fuerte que nunca.
Permite que este conocimiento te llene de coraje y determinación.
Tomémonos un momento para reconocer cualquier emoción que surja dentro de ti, ya sea miedo, tristeza o incertidumbre.
Está bien sentir estas emociones y que no estás solo (o sola) en tus luchas.
Permite recibir apoyo de los demás y ser vulnerable cuando sea necesario.
Con cada respiración, afirma para ti mismo: "Me apoyan. Me aman. No estoy solo (o sola) en este viaje".
Comienza lentamente a traer tu conciencia de regreso al momento presente.
Cuando te sientas listo, abre los ojos y lleva contigo esta sensación de apoyo y amor durante todo el día.
Recuerda, estás rodeado (o rodeada) por una comunidad de personas solidarias que están aquí para animarte y acompañarte en cada paso del camino.